
EDUCACIÓN
La Educación es la formación práctica y metodológica que se le da a una persona en vías de desarrollo y crecimiento. Es un proceso mediante el cual al individuo se le suministran herramientas y conocimientos esenciales para ponerlos en práctica en la vida cotidiana. El aprendizaje de una persona comienza desde su infancia, al ingresar en institutos llamados escuelas o colegios en donde una persona previamente estudiada y educada implantará en el pequeño identidades, valores éticos y culturales para hacer una persona de bien en el futuro.
Al iniciarse el siglo XXI no es tolerable que aún existan personas totalmente marginadas de los beneficios de una educación básica y, por lo tanto carezcan de los instrumentos necesarios para desempeñarse su función productiva.
La Declaración Mundial De Educación Para Todos fija un compromiso para todos los países que evidencian rezagos en esta materia y construye una estrategia con cuatro dimensiones debidamente articuladas:
La Dimensión Ética: La educación como derecho fundamental de toda la población.
La Dimensión Política: El compromiso de los gobiernos, instituciones, organizaciones y sociedad civil con la educación básica.
La Dimensión Estratégica: Utilizar todos los medios disponibles para atender las necesidades de aprendizaje básico.
La Dimensión pedagógica: La educación para todos supone un nuevo paradigma educativo “Educación – Trabajo – Producción” .
En resumen un mejoramiento tanto cuantitativo como cualitativo y funcional de la educación.
Las exigencias de la educación en cada país adquieren una dimensión especial cuando se trata de la gente que vive debajo de la línea de pobreza.
Ningún proceso de reforma y desarrollo puede ser implementado con éxito si los protagonistas, los beneficiarios de estos procesos, no tienen a su disposición la información, los conocimientos, las habilidades, las actitudes y los valores que les permitan participar activamente en estos procesos como actores y conductores.
Cualquiera sea la estrategia siempre hay que dar oportunidad para lograr un mundo más equitativo, siempre hay que dar oportunidad a los desfavorecidos para desarrollar su propio capital: capital económico, otorgando acceso a la tierra, medios e instituciones financieras para generan trabajo productivo remunerado y capital humano capacitado a través de la educación y servicios de salud.